Autoservicio de embarque: un puente entre el presente y el futuro
El creciente número de pasajeros conlleva un mayor volumen de aviones que despegan de los aeropuertos. En consecuencia, también aumenta la necesidad de procedimientos de embarque eficaces. Sin embargo, los recursos de personal de los aeropuertos son limitados y las futuras capacidades de personal son inciertas.
Para hacer frente a este reto, es crucial implantar la infraestructura técnica adecuada. Las soluciones de autoservicio, como las puertas electrónicas, llevan años demostrando su eficacia para mejorar el servicio a los pasajeros. Acortan las colas, reducen los tiempos de espera y, por tanto, el número de vuelos retrasados. Además, el personal de tierra dispone de nuevas capacidades para asistir a los viajeros que necesitan ayuda para embarcar.
Cuando se trata de crear un viaje fluido para los pasajeros, esta flexibilidad es extremadamente valiosa. Especialmente en tiempos de escasez de personal.
Una solución de embarque de autoservicio puede aplicarse de diferentes maneras:
Basado en códigos de barras:
Todo pasajero con una tarjeta de embarque impresa o móvil puede simplemente colocar el código de barras boca abajo en un escáner situado en la puerta de embarque. Tras una breve comprobación, la puerta se abre y el pasajero puede embarcar, lo que reduce considerablemente el tiempo de espera.
Basado en los documentos del pasaporte:
Cuando los pasajeros presenten la página de imagen de su pasaporte al lector de pasaportes situado frente a la puerta de embarque, ésta se abrirá para ellos si su nombre y número de pasaporte figuran en la lista de pasajeros del vuelo.
Basado en la biometría:
Cada vez más aeropuertos utilizan tecnología de reconocimiento facial en sus puertas de autoembarque para aumentar la seguridad y, al mismo tiempo, hacer más eficiente el proceso de embarque. El propio rostro del pasajero sirve como prueba de autorización.
